En el actual Congreso peruano, además del detalle de los votos, dos hechos adicionales quedan en mayor evidencia, en relación a la aprobación en segunda votación de la ley de impunidad y amnistía para militares y policías sentenciados o procesados por violaciones a los derechos humanos durante los años ochenta y noventa.
Complicidad de APP y Fuerza Popular
Por un lado, el rol y complicidad de César Acuña y Alianza Para el Progreso (APP) con los intereses de Keiko Fujimori y su partido Fuerza Popular. Esto debido a que el partido de Acuña tiene a su cargo la presidencia del Congreso. Y es la presidencia la instancia donde se decide qué temas son priorizados o no en la agenda del pleno o la Comisión Permanente, durante el receso parlamentario.
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El acuñista Eduardo Salhuana, presidente del Congreso ya de salida, fue quien decidió priorizar la segunda votación de la ley de impunidad y amnistía, en la sesión de la Comisión Permanente del miércoles 9 de julio. Tal determinación no es aislada, sino producto del consabido trabajo en pared de APP con Fuerza Popular.
En vísperas de la campaña electoral, será importante recordar el grado de complicidad política de APP con Fuerza Popular para la aprobación de las leyes a favor de la impunidad y el crimen.
Receso parlamentario
En segundo lugar destaca la aprobación casi clandestina de esta norma. Y es que el Parlamento se encuentra en receso. Por ahora solo sesiona la Comisión Permanente y, por cuestiones de legitimidad, no sería válido aprobar normas de trascendencia en estas semanas. Estas tendrían que quedar pendientes para cuando inicie el nuevo periodo legislativo, a fines de julio.
Pero Salhuana decidió precisamente aprovechar el receso parlamentario para asegurar, con el fujimorismo, la aprobación de una ley de especial trascendencia para ellos, como es esta norma que abre las puertas para la impunidad para militares y policías que cometieron asesinatos, violaciones sexuales contra mujeres campesinas y otros delitos graves, aprovechando el contexto del conflicto armado interno.
En un contexto político normal, el Congreso tendría que haber esperado hasta el inicio del nuevo periodo parlamentario para tener un amplio y público debate previo a la segunda votación de esta norma.
Pero Fuerza Popular y APP optaron por la ruta más ilegítima y casi clandestina, al concretar la segunda votación con tan solo 16 votos, aprovechando el receso parlamentario. No está demás recordar que esta norma fue aprobada en primera votación también en forma casi clandestina, el pasado 11 de junio, al borde de la medianoche.